Organizando un Baby Shower

Según la tradición la organización de un baby shower debe correr a cargo de alguien cercano a la mami, sin ser familiar, para evitar que los invitados piensen que la familia está pidiendo regalos. Lo ideal es que sea una amiga de la mamá, la madrina o alguna compañera de trabajo. O bien puedes apoyarte en un organizador de eventos profesional. Las mamás también se pueden lanzar a la aventura y ser ellas mismas quienes preparen la fiesta. Otra opción, es que estén al tanto de todo pero solo ayudando a la organizadora para que puedan aportar sus gustos más personales. Al fin y al cabo, ¡ellas son las anfitrionas! Existe la variedad de los baby shower sorpresa. En este caso, la organización correrá a cargo exclusivamente de la organizadora. Ella será quien tenga que investigar sobre los gustos de la mamá mediante familiares cercanos como hermanas, cuñadas o amigas íntimas. Por supuesto, ¡no debe sospechar absolutamente nada! Toda una tarea de investigación dónde nada puede fallar, recordemos que si se entera la anfitriona, ya no sería sorpresa.

LA DECORACIÓN

La decoración es uno de los espacios más cuidados en los baby shower y será la clave para que la imagen que se quiere dar a los invitados y a la anfitriona, sea la perfecta. Puedes colaborar creando tus propios adornos. Papel de colores, tijeras, pegamento y un poco de imaginación son los ingredientes esenciales para que tu fiesta sea todo un éxito. Existen infinitas posibilidades y sobre todo, dependerá mucho del espacio donde se celebre. En este caso, la comida también se convierte en un elemento de decoración que no debes dejar un lado: cupcakes, pasteles, gelatinas que son toda una obra de arte, telas de colores como mantelería, objetos de decoración acordes a la temática, paletas, cakepops... ¡Todo vale! Para beber: refrescos, malteadas, jugos, aguas frescas, café ..., por supuesto, ¡todo sin alcohol! Pero sin lugar a dudas, el objeto de decoración estrella por el que se opta en muchas de estas fiestas, es el pastel de pañales. Se trata de una pila de pañales colocados estratégicamente en forma de pastel que simulan perfectamente a los pasteles de varios pisos que acostumbramos a ver en bodas o comuniones.

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